Si deseamos vivir en Paz y Armonía, es absolutamente necesario que el Perdón forme parte de nuestra vida, de nuestro día a día.
Lo que está bien claro es que el perdón, para que terapéuticamente sea efectivo, energéticamente sea efectivo y espiritualmente sea efectivo, ha de ser absoluto y de corazón.
El perdón ha de ser con Amor, no a través del rencor.
Frases como la que tod@s hemos oido: "yo perdono, pero no olvido", "yo le perdono, pero siempre estoy con la mosca detrás de la oreja", etc, desde luego que no sirven para nada, pues llevan asociadas emociones de desconfianza, de rencor, de dolor... .
Perdonar es eliminar de nuestra vida nuestras emociones negativas, energías negativas que al estar en el interior de nosotr@s nos está causando daño.
Está claro que el hecho, la vivencia, permanece en nuestro recuerdo, pero en vez de asociarle una emoción negativa (enfado, dolor, pena... ), podemos aprender del hecho e intentar mejorar aquella parte de nosotr@s en la que fallamos y que nos provocó que permitiéramos que otra persona nos dañara. De esta forma, la emoción negativa que poco a poco nos va consumiendo y destruyendo, la transformamos en una energía positiva permitiéndonos así crecer como personas.
Hemos de entender que cada persona tiene su propio proceso de evolución y que acciones que realizan esas otras personas, a nosotr@s nos dañan porque ya hemos quizás superado la fase en la que se encuentran ell@s, pero también hemos de ser conscientes que nosotr@s podemos dañar con nuestras acciones, a personas que están en un crecimiento quizás superior al nuestro.
Así que por favor recordar lo que ya expuse en un artículo anterior: "no juzgues, enseña". En vez de enfadarte y tener que perdonar ¿qué te parece si intentas hablar tranquilamente con la persona en cuestión y el explicas que con esa actitud, acción... lo que está haciendo es dañarte? Posiblemente te sorprenda la reacción de esa persona, pero lo que sí que es seguro es que a esa persona, le sorprenderá tu reacción. Posiblemente le hagas pensar e incluso quizás reflexione y modifique la conducta si lo cree conveniente.
Bien, creemos que cuando perdonamos a alguien estamos haciendo una maravillosa acción, cuando en verdad lo que hacemos es desprendernos de energías negativas que acabarán, más tarde o más temprano, por enfermarnos.
Perdonar es hacer que tu cuerpo se sane.
¿Y si voy un poco más allá y os digo... que el que tú perdones a alguien, el que perdonemos a alguien, es una de las acciones que tienen el menor de los sentidos si antes no nos hemos perdonados a nosotr@s por todo el daño que día a día nos hacemos?.
¿Porqué no somos conscientes a quién realmente debemos pedir perdón es a nosotr@s mism@s por dañarnos y lastimarnos día tras día, instante tras instante?
Cada vez que tenemos una emoción negativa, un sentimiento negativo, un pensamiento negativo estamos causándonos el mayor de los daños, estamos impidiendo que seamos felices.
Cada vez que discutimos, nos enfadamos, gritamos, permitimos que otros nos maltraten.... estamos sembrando la semilla para que crezca en nosotr@s alguna enfermedad.
Cada vez que nos alimentamos con alimentos rápidos, precocinados, ricos en grasas y colesterol, con frutas y verduras que han crecido con pesticidas químicos... nos estamos envenenando.
Cada vez que encendemos un cigarrillo, bebemos alcohol, consumimos drogas... nos estamos suicidando.
Cada vez que no hacemos nada por cambiar nuestra vida y no hacemos más que quejarnos de lo desgraciad@s que somos, nos estamos matando en vida... .
¡ Y eso que decimos que nos queremos!...
¡Esto es tan sólo un pequeño ejemplo!
Así que, ¿qué os parece si en vez de preocuparnos tanto por recordar una y otra vez el daño que tal o cual persona nos ha causado en nuestra vida, por perdonar porque "es lo que toca", nos preocupamos primero por perdonarnos a nosotr@s mism@s por maltratarnos, descuidarnos, no querernos, desatendernos, envenenarnos y lastimarnos?.
Cuando nosotr@s estemos libres de la necesidad de nuestro propio perdón, nos será más fácil perdonar de todo corazón a quien así nos lo solicite e incluso, seremos capaces de perdonar a otras personas, aún incluso cuando éstas no deseen nuestro perdón.
PERDONAR ES AMAR.
PERDONARNOS ES AMARNOS.
Belén Liébana