jueves, 2 de junio de 2011

LA VANIDAD


          
La vanidad es el cuarto de los pecados capitales junto con:
la lujuria , la ira, la envidia, la gula y la pereza.


La vanidad es sinónimo de un ego desmesurado.

El ego desmesurado proviene de la inseguridad, y la inseguridad es creada por el miedo.

La vanidad es el peor de los pecados, pues el/la vanidos@ se cree superior a los demás, atentando de esta forma contra Dios. Hemos de recordar que los Seres Humanos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, y hemos de amar al prójimo como a nosotr@s mism@s.

¿Porqué el/la vanidoso se cree superior a los demás?  porque cree que tener el mejor coche lo hace ser más importante, porque cree que no hay mejor casa que la suya, porque cree que él/ella es imprescindible en su trabajo, porque cree que su empresa es la más importante de todas, porque cree que nadie tiene tantos estudios como él/ella, porque cree que ya nadie puede enseñarle nada...
                     
¡ se cree Dios !

y es verdad que todos somos Dios, que todos somos Uno, por lo que nadie debe sentirse superior a nadie. Todos somos una misma Energía.

El/la vanidos@ sólo da importancia a si mism@, alejándose del conjunto.

El/la vanidos@, el/la soberbi@ presenta una absoluta falta de humildad.

La falta de humildad se origina por la ausencia de Amor.

La Energía del Amor no vibra en el vanidos@ por lo que es incapaz de hacer algo por los demás, sin ser reconocido por ello y creyendo que como él/ella no lo hace nadie.


Al igual que un@ mism@ puede ser consciente de estar cometiendo alguno de los pecados anteriormente citados, el pecado de la vanidad suele pasar desapercibido en la persona en quién engendró.


Comienza como una pequeña semilla que se planta en el interior de la persona de una forma imperceptible, lentamente va creciendo y va minando su Yo, hasta llegar a apoderarse de su Alma.

Puede llegar a apoderarse de tal forma de la persona  que Energías como la Felicidad, el Amor, la Paz, la Serenidad... no tienen espacio en el Alma del vanidos@.




Sentirse superior a los demás es una trampa de las energías negativas para alejarte de Dios.





Tan sólo el Amor, la Honestidad con un@ mism@
 y la Humildad podrán hacer que brille
de nuevo la Luz en las personas que se hayan alejado de Dios.

                             Belén Liébana

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