martes, 24 de mayo de 2011

LA IRA



La ira es el segundo de los pecados capitales junto con:
la lujuria, la envidia, la vanidad, la avaricia, la gula y la pereza.


La ira es sinónimo de dolor, impotencia e inseguridad en su nivel más bajo.

La ira surge de las emociones negativas no expresadas.

La emociones negativas no expresadas crean bloqueos energéticos en el Ser Humano.

La impotencia, la inseguridad, la frustración, el dolor... si no son expresados de una forma natural crearán un bloqueo energético pudiendo llegar a  producir un exceso de energía.

Los  excesos de energía  mal canalizados creados por este tipo de emociones, originarán la aparición de la ira.


A través de la ira se intenta dominar las Energías de otras personas y así conseguir tener el dominio, el control de la situación. Intentan conseguir sentirse superiores mediante el temor y la opresión.

La ira genera agresión verbal y física.

La ira genera dolor y destrucción tanto para el/la que la siente como para los que están al lado de la persona.

La ira puede llegar a volverse contra la persona que la padece; pueden incluso agredirse a ell@s mism@s de la misma forma que agreden a los demás.

Las personas que sienten ira creen que la culpa siempre la tienen los demás, ell@s creen que nunca cometen equivocación alguna y ante cualquier contratiempo, cuando sienten que no pueden controlar la situación, que el control se les escapa de las manos... la ira aparece.


La ira provoca una absoluta incapacidad para empatizar con la situación, para escuchar y para razonar.

Provoca una incapacidad de comunicación oral coherente, equilibrada y serena.

Sus únicas armas son los gritos, los insultos, la agresión hacia los objetos que se encuentren a su paso y la agresión hacia las personas y animales que se crucen en su camino o bajo quién o quiénes se haya fijado como objetivo por creer que es o son el origen de todos sus problemas y sus males.

La ira provoca pensamientos como:
- Todo el mundo está en contra de mí.
- Todo el mundo actúa para dañarme.
- Son un@s inútiles.
- No hacen nada bien...

Este tipo de pensamiento deforme, está creado para exculparse a él/ella mism@ de sus errores e incapacidades.

La ira hace que sus propias emociones, sentimientos, pensamientos y energías negativas, las vea reflejadas en los demás.

Todo aquello que le molesta de los demás, es lo que le molesta de él/ella mism@,
y es incapaz de aceptarlo.


Oscuridad, tinieblas, desconfianza, pensamientos tenebrosos, destrucción...
es la herencia que deja tras de sí la ira.

HERENCIA QUE DEBEMOS RECHAZAR A TRAVÉS
 DE LA UNIÓN, LA ESPERANZA, LA ILUSIÓN Y EL AMOR.

                                          Belén Liébana


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