domingo, 22 de mayo de 2011

LA PEREZA



La pereza es el séptimo de los pecados capitales junto con:
la lujuria, la ira, la envidia, la vanidad, la avaricia y la gula.


La pereza es alejarse de Dios.


El Ser Humano, desde el momento de su concepción, desde la Chispa Divina en esa primera célula, inicia un hermoso trabajo, el más hermoso de todos, la Creación del Ser Humano.













Es un trabajo duro, constante, laborioso, diario, perfecto ... sin un solo día de descanso, ni vacaciones, ni sueldo... durante casi nueve meses hasta completar la más divina  obra de Dios.


Después del nacimiento continúa con un increíble y constante trabajo, pero no sólo en el cuerpo físico, sino también el los Cuerpos Emocional, Mental, Astral, Cetérico, Espiritual y Divino.

Nuestro crecimiento es Divino, Absoluto, Constante y Equilibrado.

El cuerpo necesita sus momentos de descanso para recargarse de energía, para renovarse y sanarse.





Todo en un perfecto equilibrio.






El desequilibrio y la lejanía de un@ mism@ comienza cuando perdemos la ilusión, las ganas de vivir... cuando otorgamos una mayor importancia a lo material que a lo espiritual.

Todo cansa y aburre... ¡para qué lo voy a hacer! ¡ya lo haré otro día! ¡seguro que si yo no lo hago, otr@ lo hará!.

La pereza enferma el cuerpo, la mente y el Alma.

La persona se va abandonando, se va perdiendo a ella misma.
Se vuelve egoísta al romper el equilibrio... ¡alguien tendrá que trabajar más para compensar lo que tú no has hecho!.




La pereza oscurece el alma.




 A través de la Acción y la Creación es cuando
 nuestro cuerpo se llena de Luz y Energía.


TRABAJA LO MISMO QUE DESCANSAS
Y HALLARÁS EL EQUILIBRIO PERFECTO.


Belén Liébana     

      

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